Casa Batlló, Antonio Gaudí.


La casa Batlló está situada en el número 43 del Paseo de Gracia de Barcelona, en la isla de casas que se conoce como la “manzana de la discordia” por tener edificios de diferentes estilos arquitectónicos.

En un principio el propietario, Josep Batlló, quería derribar el edificio por lo que en 1901 pidió permiso al Ayuntamiento de Barcelona. Pero en mayo de 1904 hizo una nueva solicitud pidiendo la reforma total de su casa. El piso principal tenía que ser la vivienda del señor Batlló y su família, y las otras cuatro plantas se dividirían en dos pisos cada una para alquilar, tal como había hecho Calvet en su casa de la calle Caspe.

Los trabajos que se realizaron fueron ensanchar el patio interior de la casa, cambiar la fachada de la planta baja y el piso noble, coronar la cubierta y redistribuir todos los espacios interiores de las viviendas. El patio interior se ensanchó y se revistió con unas piezas cerámicas diseñadas por Gaudí. En la parte alta son de color azul oscuro y a medida que bajan hasta la planta baja van cambiando hacia tonalidades más claras hasta llegar al colo blanco. Así se consigue una mejor distribución de la luz natural.

La solución que Gaudí pensó para la fachada mantuvo en vela al constructor José Bayó durante tres noches ya que se apuntaló totalmente hasta que se tuvieron a punto las nuevas y finas columnas de arenisca de Montjuïc, para sustituir los machones originales.

Las ventanas de la tribuna de la planta noble se ampliaron y su nuevo aspecto propició un apodo para esta nueva obra de Gaudí: “la casa dels Badalls” (la casa de los Bostezos). Otros de los nombres que recibe es el de la “casa dels ossos” (casa de los Huesos) por la semejanza de las finas columnas de la tribuna con una estructura ósea. Las losas de los balcones se cambiaron por unas de planta curvada y encima se colocaron las famosas barandillas que tantas interpretaciones han originado.

En el último piso encontramos dos elementos que rompen la simetría de la fachada: una terraza y un torreón. En principio Gaudí quería colocar la torre en el centro de la parte alta de la fachada pero se dió cuenta que si la ponía allí, dominaría sobre la fachada de la vecina casa Ametller, construida por Puig y Cadafalch, y le quitaría belleza. Por ese motivo la desplazó y rebajó la parte izquierda construyendo la terracita. La torre está revestida con trozos de cristal, tiene escritos los monogramas de Jesús, María y José y está coronada por una cruz de color marfil que fue fabricada en Mallorca. Al salir del horno se resquebrajó toda pero Gaudí dijo que así le gustaba más.

Toda la fachada se rebajó formando ondulaciones, se recubrió toda con mortero de cal y se revistió con fragmentos de vidrios rotos de distintos colores y con piezas circulares de cerámica. Gaudí dirigía personalmente des de la acera la colocación de estos vidrios.

En la parte alta del edificio se construyeron dos desvanes superpuestos para los lavaderos y los depósitos de agua, con bóvedas tabicadas de perfil parabólico. Por fuera se recubrieron con pedazos de azulejos, en la fachada posterior, y con escamas cerámicas de gran tamaño y de distintos colores, en la fachada principal. Estas escamas, junto con la forma sinuosa de la cubierta recuerdan el lomo de un dragón.

En la parte posterior de la fachada hay varias chimeneas coronadas con un sombrerete y una bola cada una. Estas bolas son copia de las originales ya que estas se rompieron y durante un tiempo fueron sustituidas por unas de hormigón.

El revestimiento de la parte posterior de la fachada se hizo con trencadís de todos colores y el pavimento, con fragmentos de mosaico de Reus. Actualmente este pavimento es de simple rasilla fina porque el original se estropeó con las humedades. En general, las paredes maestras no se tocaron pero la distribución de los pisos se cambió totalmente.

En el salón del piso noble se construyó un altar que se podía cerrar con una puerta y que contenía una imagen de la Sagrada Família tallada por Josep Llimona, un cristo en la Cruz de Carles Mani, unos candelabros de Josep María Jujol y un sagrario que dibujó Joan Rubió. Ahora está en casa del hijo del señor batlló, en Madrid. En el techo de este salón se decoró con un cielo raso de mucho relieve con forma de espiral.

El comedor estaba situado en la fachada posterior y para dicha estancia diseñó Gaudí una mesa, varias sillas y un banco, que actualmente se pueden ver en la casa-museo del Park Güell.

En otra habitación hay una preciosa chimenea empotrada, con un banco en cada lado, con revestimiento de cerámica. Se conservan los planos que se presentaron al Ayuntamiento de Barcelona y unos magníficos dibujos de Gaudí de la fachada principal, esbozo de la posterior y algunos pormenores de la sección. Pero, como en otras obras, Gaudí prefirió una maqueta de yeso, que en este caso era la fachada de la casa original, que fue evolucionando hasta el proyecto final.

En 1970 se limpió la fachada principal, en 1981 se restauró el interior del desván y hasta 1984 se trabajó en la restauración de las chimeneas.

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