Hace mucho tiempo escuché una frase que, sola, por su propio peso, se acomodó en mi memoria. No recuerdo quién la dijo, de lo que desprendo cierta falta de afecto. Ambiguo, en la proximidad de la frase, apareció el nombre de San Martín. Y así quedó, guardada en mi junto al nombre de San Martín. Hasta hoy. Por la mañana, a la espera de la apertura del paso a nivel, di con José Saramago, un fragmento de “Las Palabras” , parte de “Las maletas del viajero” . "Las palabras son buenas. Las palabras son malas. Las palabras ofenden. Las palabras piden disculpa. Las palabras queman. Las palabras acarician. Las palabras son dadas, cambiadas, ofrecidas, vendidas e inventadas. Las palabras están ausentes. Algunas palabras nos absorben, no nos dejan: son como garrapatas, vienen en los libros, en los periódicos, en los mensajes publicitarios, en los rótulos de las películas, en las cartas y en los carteles. Las palabras aconsejan, sugieren, insinúan, conminan, imponen, segregan, elimin...