Ascenso y caída de John Wilkins.


John Wilkins (1614-1672) diseñó carrozas tiradas por energía eólica, fabricó colmenas transparentes para estudiar a las abejas, indagó en la construcción de astronaves pensando en viajar a la luna, estudió la formulación de un lenguaje universal y creó un jardín con una estatua encantada.

Su ferviente apuesta por el Parlamento inglés en la oscura víspera de la guerra civil (1648) le valió el nombramiento de rector del Wadham College de Oxford, luego de la rendición y ejecución del rey Carlos I. Entonces ya se reunía semanalmente con algunos de los fundadores de la Royal Society y había decidido casarse. Los libros existentes sobre Wilkins y la Royal Society apenas hacen referencia a las nupcias y a su esposa, Robina French, que hubo visto y festejado aquella estatua encantada de los jardines.

La estatua tenía escondido un tubo que la conectaba con una zona alejada del jardín. Cuando WIlkins se paseaba con sus amigos por el jardín, los dejaba solos al aproximarse a la estatua, se escondía detrás de arbustos, se aseguraba no ser visto y hacía hablar a la estatua a través del tubo. La consternación de sus amigos lo congratulaba. Uno de ellos, John Evelyn, dijo que Wilkins “había fabricado una estatua hueca que tenía voz y decía palabras gracias a una manga escondida que llegaba hasta la boca, a través de la cual se podía hablar desde un punto bien alejado, lo cual al principio resultaba muy sorprendente”.

Wilkins, soltero excéntrico, hubo impresionado a Robina en aquellos jardines, como parte del singular cortejo de un hombre veinte años menor. Robina era una viuda de sesenta y dos años que llevaba el apellido de Peter French, canónigo de Christchurch (Oxford).

Wilkins sólo necesitó el consentimiento del hermano de Robina para casarse: Oliver Cromwell, Lord Protector, emitió un decreto especial por el que el rector pudo “verse liberado de la prohibición de contraer matrimonio”, requisito de su puesto universitario que no lo inquietaba en lo mínimo.

Una de las últimas decisiones de Cromwell antes de morir fue ordenar al Parlamento que nombrase a Wilkins director del Trinity College y de Cambridge. Los títulos fueron rubricados por el sobrino de Robina, Richard Cromwell, que actuó de Protector en un breve lapso tras la muerte de su padre.

Pero al poco tiempo Carlos II recuperó el trono, exhumó los restos de Oliver Cromwell y lo expuso a ejecución póstuma un 30 de enero (aniversario de la ejecución de Carlos I). El cuerpo del Protector fue colgado de cadenas en Tyburn y arrojado a una fosa, mientras que su cabeza fue exhibida en lo alto de un poste clavado a la entrada de la abadía de Westminster durante quince años.

Wilkins ya había enviudado y, expulsado de sus cargos, vivió sus últimos años alojado en los aposentos del doctor Ward.

FUENTE DE TEXTUALES: Robert Lomas, "El colegio invisible", Ed. Martínez Roca, 2006, Madrid.

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